
Autor: Francisco López Ruiz. Editorial: UIA Ciudad de México
Damien Hirst conjuga la personalidad ambigua de una estrella de rock, la fama obsesiva de los publicistas y cierto cinismo empresarial. Ganador del Premio Turner (1995), el más prestigioso del arte contemporáneo en el Reino Unido, Hirst es el artista vivo mejor pagado, siempre atento a las fluctuaciones del mercado del arte.
En 2006, Damien Hirst presentó su primer trabajo "latinoamericano": La muerte de Dios. Hacia un mejor entendimiento de la vida sin dios a bordo de la nave de los locos. Esta muestra destacó preocupaciones temáticas de Hirst, dado que sus recursos formales reaparecen en una notable continuidad después de casi dos décadas de producción. Sin embargo, al bestiario particular del escultor inglés se añadieron otras posibilidades "mexicanas". A finales de ese año, el Museo Nacional de San carlos pactó con la galería Hilario Galguera el proyecto Visitaciones.
Artefactos de muerte no simulada analiza la presencia de Damien Hirst en México y las consecuencias de las exposiciones "mexicanas" en su carrera.
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